viernes

Poema de Santa Teresa de Jesús

 
MI AMADO PARA MÍ

Ya toda me entregué y di
Y de tal suerte he trocado
Que mi Amado para mí
Y yo soy para mi Amado.

Cuando el dulce Cazador
Me tiró y dejó herida
En los brazos del amor
Mi alma quedó rendida,
Y cobrando nueva vida
De tal manera he trocado
Que mi Amado para mí
Y yo soy para mi Amado.

Hirióme con una flecha
Enherbolada de amor
Y mi alma quedó hecha
Una con su Criador;
Ya yo no quiero otro amor,
Pues a mi Dios me he entregado,
Y mi Amado para mí
Y yo soy para mi Amado.



Poema de Antonio Gamoneda

 
Como si te posases en mi corazón y hubiese luz dentro de mis venas y yo enloqueciese dulcemente; todo es cierto en tu claridad:

te has posado en mi corazón,

hay luz dentro de mis venas,

he enloquecido dulcemente.



Poema de José Jiménez Lozano

 
MAÑANAS DEL MUNDO 

Sonidos de yunque y de campanas,
sombras azules,
chirriar de carreta, olor a tierra húmeda,
compusieron las mañanas de mi infancia,
cuando el mundo parecía también un niño
y tenía sólo mañanas.



Poema de E. E. Cummings

 
s (u

na
ho
ja

ca

e)
o
l

edad


[Traducción de Eva M. Gómez Jiménez]



Poema de Hannah Arendt

 
Una muchacha y un muchacho
junto al arroyo y en el bosque.
Primero están juntos de jóvenes,
luego están juntos de ancianos.

Afuera quedan los años 
y eso que llaman la vida.
Dentro mora el estar juntos
sin conocer los años ni la vida.


[Traducción de Albero Ciria]



Poema de Ida Vitale

 
VIENTO

¿Cuándo cuándo cuándo cuándo cuándo?
¿Cómo cómo cómo cómo?
¿Para qué para qué para qué?



Poema de Juan Ramón Jiménez

 
Conmigo duermen mis penas
por la noche, fatigadas
de la lucha que en el día
sostuvieron con mi alma.

Mas con el grato reposo,
igual que yo, ellas descansan,
y con nueva y mayor furia,
al despuntar la alborada,
a mi alma triste despiertan
para ofrecerle batalla.



Anónimo africano

 
LAMENTO AZANDÉ

El niño ha muerto;
cubrámonos las caras
con tierra blanca.

Cuatro hijos he parido
en la choza de mi esposo.
Solamente el cuarto vive.

Quisiera llorar,
pero en esta aldea
está prohibida la tristeza.


[Traducción de Rogelio Martínez Furé]



sábado

Poema de José Ángel Valente

 
SALMODIA DE LA BUENA HOMBRÍA 

Bendito sea el domingo.

El dulce pan de los pobres
y el amargo pan de los ricos.

El que tiene un amigo: bendito.
Y el que lo ha traicionado (éste
más bendición necesita): bendito.

Bendito el que ha encontrado
camino;
el que lo busca y nunca
lo encontrará: bendito.

Bendito el que tiene un hijo;
y el que tiene
un río,
porque tiene
menos: bendito.

Bendito el vino
alegre, la fiesta
y el padrino.

Bendito el corazón
de Dios, ancho como el domingo.



viernes

Poema de Pelayo Fueyo

 
LA LLUVIA

La lluvia es un sonido metafísico;
me lleva a una historia sin historia,
el repicar –presente en las ventanas–
de piedras que me arrojan niños huérfanos.
Limpia la calle el agua, y en las casas
desvela trampantojos hogareños,
y hay un olor a hollín en la terraza
donde jugaba cuando era pequeño.
La lluvia es una nana tartamuda
que cantan los arcángeles mimosos,
tal si fuera un bautizo colectivo.
Y si moja las páginas del libro
que lee en el parque una doncella,
ésta puede olvidar su trama lógica
con la forma que incita al retrato
del joven sin memoria que la busca.



Poema de Francisco Pino

 
SIETE SÍLABAS

Se me viene esta tarde,
tan actual y tan viva,
a dolerse o morir
en estas siete sílabas.

Y dentro de las siete
sílabas canta y canta,
incomprensiblemente,
como para mañana.

Mañana habrá de estar
esta tarde completa:
rumor será del aire,
sólo pura fonética.

Y si mañana escuchas
las sílabas, amigo,
oirás –¡qué poco!– un verso.
Quien canta es el olvido.



Poema de Américo Ferrari

 
CADENCIA DECAÍDA

La música lenta se hincha de silencio y estremece el aire.
En el aire estremecido se forma entonces la visión: sonido mecido a orillas de todo lo que aparece en el oído: figura del sonido: visión de un son. Exilio del ojo y el oído en invisible mar.
Caída infinible en el abismo de silente resonar.



Poema de Carlos Edmundo de Ory

 
TETRAEDRO

El barco roto
La nube rota
El niño roto
La paloma rota

El barco grande
La nube grande
El niño grande
La paloma grande

El barco triste
La nube triste
El niño triste
La paloma triste

El barco que se quemó
La nube que se quemó
El niño que se quemó
La paloma que se quemó 



sábado

Poema de Cristian David López

 
LA INFANCIA

La infancia es luz:
donde está es de día;
donde estuvo
es de noche.



domingo

Poema de Nicanor Parra

 
NOTAS DE VIAJE

Yo me mantuve alejado de mi puesto durante años.
Me dediqué a viajar, a cambiar impresiones con mis interlocutores,
Me dediqué a dormir;
Pero las escenas vividas en épocas anteriores se hacían presentes en mi memoria.
Durante el baile yo pensaba en cosas absurdas:
Pensaba en unas lechugas vistas el día anterior
Al pasar delante de la cocina,
Pensaba un sinnúmero de cosas fantásticas relacionadas con mi familia;
Entretanto el barco ya había entrado al río,
Se abría paso a través de un banco de medusas.
Aquellas escenas fotográficas afectaban mi espíritu,
Me obligaban a encerrarme en mi camarote;
Comía a la fuerza, me rebelaba contra mí mismo,
Constituía un peligro permanente a bordo
Puesto que en cualquier momento podía salir con un contrasentido.



Fragmento de Temblor de cielo, poema de Vicente Huidobro

 
La calle de los sueños no tiene árboles, ni una mujer crucificada en una flor, ni un barco pasando las páginas del mar.
La calle de los sueños tiene un ombligo inmenso de donde asoma una botella. Adentro de la botella hay un obispo muerto. El obispo cambia de colores cada vez que se mueve la botella.



Poema de Pablo Neruda

 
Niña morena y ágil, el sol que hace las frutas,
el que cuaja los trigos, el que tuerce las algas,
hizo tu cuerpo alegre, tus luminosos ojos
y tu boca que tiene la sonrisa del agua.

Un sol negro y ansioso se te arrolla en las hebras
de la negra melena, cuando estiras los brazos.
Tú juegas con el sol como con un estero
y él te deja en los ojos dos oscuros remansos.

Niña morena y ágil, nada hacia ti me acerca.
Todo de ti me aleja, como del mediodía.
Eres la delirante juventud de la abeja,
la embriaguez de la ola, la fuerza de la espiga.

Mi corazón sombrío te busca, sin embargo,
y amo tu cuerpo alegre, tu voz suelta y delgada.
Mariposa morena dulce y definitiva
como el trigal y el sol, la amapola y el agua.



sábado

Poema de Robert Marteau

 
Madre a la tierra caemos
Como meteoritos.
¿De dónde? —de los agujeros negros
Donde el cuervo hace su nido.


[Traducción de Edison Simons]



Poema de Pilar Blanco

 
DE NUEVO ÍCARO

Alas con que torcer el vuelo herido,
con que acudir al sol y arder entera.



jueves

Poema de Antonio Machado

 
Tarde tranquila, casi
con placidez de alma,
para ser joven, para haberlo sido
cuando Dios quiso, para
tener algunas alegrías... lejos,
y poder dulcemente recordarlas.



Poema de Francisco Mora

 
Te veré en tus sueños,
dicen que dijo Marilyn
Monroe, unos días antes de morir,
a su amigo Frank Sinatra;
te veré en tus sueños,
allá donde las rubias platino
no pasan por locas o tontas
y la vida no miente
vivirse de nuevo, ser
otra, o no ser
sino en el sueño del amigo
que, íntimo, te sueña;
allí
donde un instante de amor
es infinito
como infinita en el mar
es una gota de lluvia,
o una lágrima.



viernes

Poema de Wislawa Szymborska

 
CHARCO

Recuerdo muy bien ese miedo infantil.
Evitaba los charcos,
sobre todo los recientes, tras la lluvia.
Alguno podría no tener fondo,
aunque pareciera igual que los demás.

Piso y de pronto me caigo toda,
comienzo a volar hacia abajo,
y más y más abajo,
en dirección a las nubes reflejadas
o a lo mejor más allá.

Luego se secará el charco,
se cerrará sobre mí,
y yo atrapada para siempre –dónde–
con un grito que no llega a la superficie.

Sólo después llegó la cordura:
no todos los percances
obedecen a las reglas del mundo,
y aun si lo quisieran,
no pueden suceder.


[Traducción de Elzbieta Bortklewicz]



martes

Poema de Isabel Escudero

 
A unos ojos de burro

Si alguna vez ojos me miraron
sin saber de mí más que mis ojos
y en ese pozo naufragaron,
ojo en ojo anonadado;
si alguna vez negra espesura
puerta del alba me la abría
y en tobogán de lágrimas caía,
fue que tus ojos me punzaron
del mirar más bruto y noble
y en claridad de mí sin nombre
a un sueño de luz me despertaron.



Poema de Arthur Rimbaud

 
SUEÑO PARA EL INVIERNO

En Invierno, iremos en un pequeño vagón rosa
con almohadones azules.
Estaremos bien. Un nido de besos locos reposa
en cada rincón blando.

Tú cerrarás los ojos, para no ver, por el cristal,
gesticular a las sombras de la noche,
esas monstruosidades hurañas, populacho
de demonios negros y lobos negros.

Luego sentirás tu mejilla arañada...
Un pequeño beso, como una araña enloquecida,
te correrá por el cuello...

Y tú me dirás: "¡Busca!" inclinando la cabeza,
—y nos dedicaremos a buscar a esa bestia
que viaja demasiado...


[Traducción de Alberto Manzano]



viernes

Del cancionero anónimo

 
Caminad, señora,
si queréis caminar,
que los gallos cantan,
cerca está el lugar.

Caminad alegre,
no dejéis de andar,
que en la diligencia
la ventura está;
caminad aprisa
para negociar,
que los gallos cantan,
cerca está el lugar.

Advertid que el tiempo
volando se va,
la ocasión que os busca
nunca la perdáis:
trabajad ahora
para descansar,
que los gallos cantan,
cerca está el lugar.